La separación de los padres ¿cómo afrontarlo cuando hay hijos? (I)
11 diciembre, 2019La separación de los padres ¿cómo afrontarlo cuando hay hijos? (III)
26 diciembre, 2019Muchos niños (y padres) sienten mucho el hecho de haber perdido el tipo de familia que deseaban tener y, sobre todo los niños, echan de menos al progenitor y la vida en familia que tenían. Por eso es tan habitual y completamente natural que algunos niños mantengan la esperanza de que sus padres volverán a estar juntos, incluso después de haberles explicado el carácter definitivo del divorcio.
Lamentar la pérdida de una familia es normal pero, con el tiempo, tanto usted como su hijo acabarán aceptando y adaptándose a la nueva situación. Por lo tanto, tranquilice a su hijo diciéndole que es normal que al principio desee que sus padres vuelvan a estar juntos, pero explíquele y déjele bien clara la decisión que ambos han tomado al respecto.
He aquí algunas formas de ayudar a su hijo a superar el disgusto provocado por el divorcio:
- Fomente la sinceridad. Los niños necesitan saber que sus sentimientos son importantes para sus padres y que ambos se los tomarán en serio.
Si existe un tercero en la relación, evite descalificar a esa persona delante de sus hijos.
Déjele la oportunidad de que sean ellos mismos que se generen un juicio acerca de la persona que ahora acompaña la vida del padre o la madre de sus hijos, tenga presente que en un futuro no muy lejano usted querrá rehacer su vida de pareja y querrá que sus hijos respeten su decisión y a la persona que elija.
- Ayúdele a expresar sus sentimientos con palabras. El comportamiento de un niño puede darle pistas sobre si está experimentando sentimientos de tristeza o de enfado. Pruebe a decirle: «Parece que estás triste en este momento. ¿Sabes qué es lo que te pone tan triste?». Escuche atentamente sus respuestas, incluso aunque le resulte difícil oír lo que tiene que decirle.
- Legitímese en sus sentimientos. Decirle a su hijo: «Sé que ahora estás triste» o «Sé que te sientes solo sin papá» le ayuda a saber que sus sentimientos son válidos. Es importante animar a un niño a sacarlo todo antes de ofrecerle otras formas de sentirse mejor. Permita que el niño sepa que también está bien estar contento, aliviado o emocionado sobre el futuro.
- Ofrézcale su apoyo. Pregúntele: «¿Qué crees que te ayudaría a sentirte mejor?». Tal vez no se le ocurra nada en concreto, pero usted puede proponerle algunas ideas: tal vez sentarse un rato los dos juntos, dar un paseo o abrazar a su peluche favorito. Los niños pequeños agradecerán enormemente la posibilidad de llamar por teléfono a su padre o hacer un dibujo para dárselo a su madre cuando vuelva a casa al final del día.
- Cuídese para mantenerse sano. Para muchos adultos, la separación y el divorcio es una situación sumamente estresante. La presión experimentada se puede amplificar con los temas relacionados con la custodia, el reparto de propiedades y los asuntos financieros, que pueden sacar lo peor de la gente.
Encontrar formas de afrontar el estrés es fundamental para usted y para toda su familia. Mantenerse lo más sano posible, tanto desde el punto de vista físico como emocional, puede ayudarle a combatir los efectos del estrés. Y, si se asegura de cuidar de sus propias necesidades, estará en la mejor forma física posible para cuidar de sus hijos. - Mantenga los detalles del divorcio bajo control. Cuando comente los detalles del divorcio con sus amigos, familia o abogado, asegúrese de proteger su intimidad evitando siempre que sus hijos estén presentes. Intente relacionarse con su ex de forma lo más civilizada posible, sobre todo cuando interactúen delante de su hijo.
Adopte la actitud más apropiada: no culpe, recrimine ni insulte a su ex pareja si su hijo lo puede oír, independientemente de las circunstancias de la separación. Esto es especialmente importante en los divorcios donde hay alguien que ha tenido la culpa y se han producido actos muy dolorosos, como una infidelidad. Mantenga sus cartas, correos electrónicos y mensajes de texto en lugares seguros, ya que, cuando existe una situación muy conflictiva en casa, los niños sienten una curiosidad natural por enterarse de lo que sucede.
- Busque ayuda. Este no es un período para enfrenta a solas. Encuentre un grupo de apoyo y hable con otras personas que hayan atravesado situaciones simulares, utilice los recursos de Internet o pídale a su médico o sacerdote que le recomiende recursos o centros de apoyo. El hecho de buscar ayuda para usted le permitirá sentar un buen ejemplo para su hijo sobre cómo adaptarse de forma saludable a los cambios importantes.
El apoyo de un psicólogo, terapeuta o amigo también le ayudará a establecer y mantener una «separación» saludable con respecto a su hijo. Es muy importante que no dependa del apoyo de su hijo. Los niños mayores y aquellos a quienes les gusta complacer a sus padres intentarán ayudarle a que se sienta mejor ofreciéndole un hombro donde llorar. Por muy tentador que sea, lo mejor es no permitir que su hijo le proporcione el apoyo emocional que necesita. Explique a su hijo lo mucho que valora su cariño y que se preocupe por usted, pero no se desahogue con él sino con un terapeuta o un amigo.
La importancia de la coherencia y la rutina
La coherencia y la rutina pueden ayudar mucho a ofrecer la sensación de comodidad y familiaridad que necesita su familia durante este importante cambio vital. En la medida de lo posible, reduzca al mínimo los horarios impredecibles, la indefinición y las separaciones repentinas.
Especialmente durante un divorcio, es recomendable que los niños pasen períodos a solas con cada uno de sus progenitores. Por inconveniente que le parezca, intente ponerse de acuerdo con su ex pareja para organizar los horarios de visita.
Es normal que le preocupe el modo en que su hijo está afrontando este cambio vital tan importante. Lo mejor que puede hacer es confiar en sus instintos y basarse en lo que usted sabe sobre su hijo. ¿Le parece que se está comportando de una forma diferente a la habitual? ¿Está su hijo adoptando conductas regresivas, es decir comportamientos propios de épocas anteriores, como chuparse el dedo o mojar la cama? ¿Parece que sus emociones interfieren en sus rutinas cotidianas, como los estudios y su vida social?
Es importante que esté atento a los cambios de comportamiento de su hijo: la tristeza, la ansiedad, los cambios de humor, las dificultades en la escuela, con los amigos, en el apetito o el sueño pueden indicar la presencia de problemas.
Los niños mayores y los adolescentes pueden ser más proclives a implicarse en comportamientos peligrosos, como el consumo de alcohol y drogas, faltar a la escuela y el comportamiento desafiante. Independientemente de que tales problemas estén o no relacionados con el divorcio, se trata de problemas graves que afectan el bienestar del adolescente e indican la necesidad de pedir ayuda profesional.
—
Espero te sea útil, con afecto, Yraida Moreno Luna.
(CEO Fundador de Psiquexpresión, Psicólogo Clínico, Master en Psicología Aeronáutica, Especialista en varias áreas del quehacer terapéutico: Terapia de Pareja de Pareja, Terapia de Familia, Constelaciones Familiares)