La felicidad se aprende
12 diciembre, 2017Negocios con corazón
9 febrero, 2018Los griegos, en su sabiduría, utilizaban dos conceptos para referirse a la idea del tiempo: Krónos era el concepto que medía el tiempo cronológico, el movimiento de las agujas del reloj. Y Kairós hacía referencia a la calidad de tiempo vivido.
Cuando leí estas líneas en el libro “El hombre y sus símbolos” recordé lo que he observado en mi gestión como consultora de desarrollo humano en el ámbito organizacional: día con día, en las empresas, Krónos mata a Kairós.
Directores y Gerentes desean días de 25 horas para poder conciliar la planificación con el desempeño de sus colaboradores a fin de alcanzar los objetivos. Los colaboradores también piden se les conceda ese deseo para poder lograr sus objetivos y al final del día, como diría Peter Drucker, colaboradores y mandos terminan haciendo muchas cosas sin obtener los resultados que esperaban.
Dice Alex Rovira, experimentado consultor organizacional, que las causas de este corre-corre cotidiano son múltiples, pero sin duda una de las más importantes es que hay quien vive de provocar el caos y la angustia desde la urgencia para asegurar su control, su poder, su puesto. Perfiles que ostentan cargos de autoridad pero que carecen de las habilidades que les permitirían ser realmente competentes en su liderazgo. La profesionalidad y la eficiencia tienden a ser discretas, humildes y elegantes. Quien no sabe gestionar de manera eficiente y humana, tiende a oprimir a los que les rodean, innecesariamente, para sentirse el alfa dominante de la manada, cuando en realidad se trata del tábano impertinente. La urgencia es en muchos casos un elocuente disfraz de la incompetencia, del cretinismo y del propio vacío interior.
La Organización Mundial de la Salud plantea: “hay cada vez más personas deprimidas en los entornos laborales debido a la presión y a la angustia, claros síntomas de la urgencia”. Frases como: “tengo tres años sin vacaciones”, “llevo un mes diciendo: mañana lo hago, no he tenido tiempo”, “tengo un mes que no le veo la cara a mi hijo”, “en el mundo de la consultoría no puedes estar casado es tu cliente o tu pareja”, “aquí todo es urgente”… Son expresiones que ponen de manifiesto la insensatez y un estilo de vida laboral improductivo.
¿Estás inmerso(a) en una urgencia ineficiente? ¿Qué has hecho para salir de este contexto? Todos sabemos que en algún momento vamos a morir y esto se nos olvida; solo cuando la enfermedad, la muerte de un ser querido o el accidente nos lo recuerda hacemos conciencia de nuestra finitud y nos movemos hacia el sentido de nuestra existencia y el amor. Aquí, en este lugar, lo esencial aflora con nitidez.
La gestión de la crisis cotidiana es posible gracias a la capacidad de pensar con sosiego, de cultivar el talento y el afecto, de dialogar con el otro y con uno mismo, de tomar distancia y perspectiva, de vivir con un cierto silencio creativo y reparador. Este tipo de gestión se logra sintonizando y desarrollando nuestro Ser Interior.
Hay un fragmento de un cuento Zen que describe este escenario, un maestro le dice a su alumno: “una parte del problema es la prisa que tiene todo el mundo. Las personas no han encontrado sentido en sus vidas, por eso corren constantemente buscándolo. Piensan en el próximo coche, en la próxima casa, en el próximo trabajo. Y después descubren que esas cosas también están vacías, y siguen corriendo”.
¿Cuáles son las condiciones que contribuyen para que tu vida sea más agradable y valiosa? ¿Le das espacio en tu agenda a esas condiciones? ¿Disfrutas lo que haces en tu trabajo? ¿En donde trabajas hay espacio para desarrollar el crecimiento interior? ¿Qué es la calidad de vida para ti?
Hoy las empresas vanguardistas generan conocimiento acerca de la “Gestión del tiempo” junto a espacios de esparcimiento y comunicación familiar para que sus colaboradores puedan generar calidad de vida laboral durante el desempeño de sus funciones.
Luis Eduardo Baron, en emprendedoresnews.com, comparte 5 tips para el manejo del tiempo:
- Aprende a reconocer qué es lo que te hace perder el tiempo.
- Descubre tus prioridades.
- Aprende a delegar.
- Crea una rutina o proceso eficiente de lo que te corresponde hacer.
- Establece tiempos específicos para cada actividad que necesitas hacer.
Espero te sea útil, con afecto